3 Comentarios

Hola Ricky M.

Muy interesante tu nota, me asombré, la disfruté y aprendí de ella (gracias).

Al final señalas (respecto al uso generalizado de las mascarillas durante el episodio de la "pandemia") que "centenares de estudios científicos –además del sentido común– habían evidenciado que el uso de las mascarillas no tenía ningún fundamento, pero la fuerza de la mayoría y el hecho de que la orden viniera de la ‘autoridad’ envalentonaron a más de un mindundi hasta el punto de expulsar a otros ciudadanos del autobús, o negarles la entrada a un hospital, por no ir enmascarados."; a lo que me gustaría replicarte (confiando aceptas la respetuosa confrontación y el sano debate) por no estar del todo de acuerdo en lo que ahí expones aún siendo yo un convencido opositor al uso de la mascarilla.

1) Considero que además del poderoso miedo, la autoridad sustentó la obligatoriedad del uso de cubrebocas en confinamiento en base a "evidencia científica" dictada (principalmente) por la incorruptible organización que salvaguarda desinteresadamente la salud de todos los habitantes del planeta (https://www.who.int/es/news/item/13-01-2023-who-updates-covid-19-guidelines-on-masks--treatments-and-patient-care) y los centenares de estudios científicos que señalas, están convenientemente en el último lugar de una larguísima búsqueda de una manipulada web que primero muestra a los que sí recomiendan su uso, por lo que al buscador promedio (que ya son minoría, pues estarás de acuerdo que la mayoría 'sigue la corriente') quedará convencido sobre la conveniencia del uso de las mascarillas.

Con respecto al sentido común, observo que éste desaparece (en casi todos) cuando cunde el infeccioso pánico.

2) Me parece que más que "la fuerza de la mayoría", aciertas al señalar que fué el hecho de que la indicación vino de la 'autoridad' y en muchísimos casos ejercer la obligatoriedad del uso de la mascarilla se volvió parte de las funciones del trabajo (ya sabes "si no haces tú trabajo te despiden") y/o la suma de todos los miedos de muchísimas personas de las cuales todavía (muchas) siguen usando el cubrebocas aún al aire libre.

La chica del experimento señaló que se sintió más cómoda una vez que se empezó a levantar y sentarse al toque de la bocina "como todos los demás" (ya estaba integrada y no era una autoexcluida), también una persona vestida se sentirá incómoda y fuera de lugar en un campo nudista, y sin duda en un lugar dónde todos usan cubrebocas, será bicho raro el que no lo tenga; la cuestión aquí es si lo usas para no desentonar (aunque no te obliguen a usarlo y sepas que no sirve de nada) ó lo usas porque estás convencido de sus bondades ó simplemente... ignoras tus penas, te desvías de la corriente y como bien dijo Horacio "Aequam memento rebus in arduis servare mentem".

Un abrazo Ricky Mango.

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Muchas gracias por tu comentario. Como ya dije en otra ocasión, el debate es el antídoto de la censura. Es difícil saber cuántas personas y en qué medida actuaron por miedo o por autoritarismo. Yo tuve algunas malas experiencias al repecto. A veces, se debieron claramente a la obediencia, pero otras veces sólo al miedo. Aprovecho para comentar que he tenido que hacer un gran esfuerzo para escribir este artículo, que he postergado durante meses. El experimento de Milgram revela un lado oscuro y moralmente repugnante de los seres humanos. Y, lo peor de todo, alarmante. Hay otro experimento parecido sobre el que tengo previsto escribir, pero es todavía más deprimente, y lo sigo postergando. Tarde o temprano, venceré mi resistencia y lo relataré. Un saludo

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Confío más temprano que tarde vencerás tu resistencia Ricky y escribirás una interesante nota que aunque deprimente nos enseñará a muchos como no dejarnos llevar por la corriente (cuál sea su origen).

Aquí en México un programa de televisión hizo un experimento donde le daban a probar a las personas la misma receta de pastel dónde uno tenía un precio ridículamente caro y el otro muy barato, casi todos señalaban que les sabía mejor el costoso....

Entonces al miedo y a la obediencia hay que sumarle la corriente del prejuicio y confieso que no siempre salgo bien librado de alguna de éstas.

Gracias Ricky.

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