Aunque había escuchado la terminología de radiación ionizante y no ionizante, solo la comprendí hasta ahora que leí tu nota (incluidos los efectos a nivel celular), y si bien me quedó claro que la energía de las frecuencias 5G (expresada en ev por fotón) es muy, muy inferior al umbral donde se considera ionizante, no hiciste mención del parámetro SAR (Specific Absortion Rate) ó tasa de absorción específica de la energía que los organismos vivos absorben de las radiofrecuencias no ionizantes.
Parámetro que establece límites máximos a la exposición de éste tipo de energía radiada, a fin de evitar daños a la salud y si bien los estudios solo son concluyentes en cuanto a los efectos términos y no concluyentes respecto a los efectos biológicos a largo plazo (cáncer, etc.); tal vez (y por correlación creo yo 😉) la fobia a la tecnología 5G está más asociada al SAR y sus efectos en exceso que a la cuestión ionizante.
Gracias por tu puntualización, Felipe. La absorptividad biológica (SAR) es un valor (pseudo)empírico medido con sucedáneos de tejido humano. Pero si ninguno de los fotones tiene capacidad ionizante, cualquier cantidad de ellos sólo podrá descargar su energía en forma de calor (los electrones saltan de órbita, pero no llegan a escapar). Ni un solo fotón podrá romper un enlace químico o abrir una puerta de la membrana celular. El calor absorbido por el tejido humano está medido y parece ser muy poco preocupante, al menos en los niveles reglamentados. Todo esto, según las fuentes mainstream. Nunca hay que fiarse ciegamente de las fuentes mainstream, pero la energía de un fotón es un dato irrefutable, dictado por las leyes de la física. Y en 5G los fotones no son ionizantes. Además, la banda de frecuencias 5G viene siendo usada desde hace muchos años, por ejemplo en radioastronomía, sin que haya habido voces de alarma. Estoy abierto a cualquier novedad, pero de momento el asunto no me preocupa.
Hola Ricky.
Aunque había escuchado la terminología de radiación ionizante y no ionizante, solo la comprendí hasta ahora que leí tu nota (incluidos los efectos a nivel celular), y si bien me quedó claro que la energía de las frecuencias 5G (expresada en ev por fotón) es muy, muy inferior al umbral donde se considera ionizante, no hiciste mención del parámetro SAR (Specific Absortion Rate) ó tasa de absorción específica de la energía que los organismos vivos absorben de las radiofrecuencias no ionizantes.
Parámetro que establece límites máximos a la exposición de éste tipo de energía radiada, a fin de evitar daños a la salud y si bien los estudios solo son concluyentes en cuanto a los efectos términos y no concluyentes respecto a los efectos biológicos a largo plazo (cáncer, etc.); tal vez (y por correlación creo yo 😉) la fobia a la tecnología 5G está más asociada al SAR y sus efectos en exceso que a la cuestión ionizante.
Saludos Ricky 🤗👍👍👍
Gracias por tu puntualización, Felipe. La absorptividad biológica (SAR) es un valor (pseudo)empírico medido con sucedáneos de tejido humano. Pero si ninguno de los fotones tiene capacidad ionizante, cualquier cantidad de ellos sólo podrá descargar su energía en forma de calor (los electrones saltan de órbita, pero no llegan a escapar). Ni un solo fotón podrá romper un enlace químico o abrir una puerta de la membrana celular. El calor absorbido por el tejido humano está medido y parece ser muy poco preocupante, al menos en los niveles reglamentados. Todo esto, según las fuentes mainstream. Nunca hay que fiarse ciegamente de las fuentes mainstream, pero la energía de un fotón es un dato irrefutable, dictado por las leyes de la física. Y en 5G los fotones no son ionizantes. Además, la banda de frecuencias 5G viene siendo usada desde hace muchos años, por ejemplo en radioastronomía, sin que haya habido voces de alarma. Estoy abierto a cualquier novedad, pero de momento el asunto no me preocupa.